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Mi nacimiento: o de cómo encontré a Nena, quien no me conoce

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¿Cómo conocí a Nena?

Travel bloggers
Foto tomada a hurtadillas de su blog. Shh.

Fue amor a primera vista. Mejor dicho sin vista; pues ni siquiera la conozco.

No sé si te ha sucedido lo mismo alguna vez, pero recuerdo que en la escuela, cuando teníamos 10-12 años nos enamorábamos de una niña linda y talentosa a la que hacíamos nuestra con una particularidad: ella no lo sabía.

Ahora, después de otros años luz, me sucede lo mismo. He conocido a una chica que ha colmado mi corazón, pero ella no lo sabe. No sabe nada de mí, ni yo sabía de ella antes de leer su blog de viajero. Es linda. Me ilusiona todo cuanto habla. Y debo confesarles que no soy de fácil captura. Sin embargo, ha sido un golpe fulminante al primer disparo. Puedo decírtelo porque no existe la remota esperanza de conocernos; como tampoco espero que ella lea nunca este post. Pues, en cuestiones de viajes, ya la muchacha es grande y yo solo un crío recién nacido.

Claro, que no esperarás que sea amor de amores, ¿no? Es otro tipo de amor, el que surge de la admiración genuina, el que socava los huesos, el que te llena y exita espiritualmente, sin intenciones sexuales… Por lo que su pareja no tendrá de qué preocuparse.

Pero eso sí, amor de los grandes seguro que es.

Inscripción de nacimiento al pie de las montañas

Paisajes ecoturismo cubano 2021
Montañas del Escambray, las más bellas de Cuba.

Topes de Collantes, Trinidad
Topes de Collante, ecoturismo en Trinidad, Cuba.

Volviendo a lo que quiero contarte, nací al pie de las montañas. No tengo lindos recuerdos de una infancia feliz. Eso te lo digo con certeza matemática, pero las mejores vivencias tienen que ver con los árboles, las rocas y los caminos intrincados que nacen y se suceden a través de los senderos ocultos a la sombra de interminables bosques (en Cuba se les llama montes).

Siempre fui viajero de nacimiento. A eso súmale la inestabilidad familiar de una madre nómada con hijos que criar. Aunque, si lo pienso bien, la inestabilidad era hasta cierto punto, pues existían constantes que definieron nuestro hogar, sin paradero fijo. Por lo que no quisiera que le llamaran inestabilidad a la condición gitana. En honor a la verdad, tampoco es sincero llamarle estable a esa vida. No por ser filosóficamente andariega sino por la razón de que en cada lugar vivido tenía un nuevo amigo al que llamar papi. Así, tengo una pequeña lista de nombres compuestos: Papi frank, papi berto, papi nine… Sí quiero aclararte que también, aunque distante, tuve un papi a solas. Muy lindo por cierto, pero más ajeno que los papis con apellido.

Mi renacer viajero

Mi renacer viajero, con intenciones fijas de serlo surgen en el 2020. No sé si es una locura, una sentencia a muerte o desesperación total como cuando me hice una balsa para viajar a otras partes de América. Solo puedo decirte, que esta vez, si Dios me lo acaba de permitir, será definitiva.

No sé como lo voy a hacer; no tengo dinero, ni medios, ni fronteras, ni aviones, ni barcos, ni familia (salvo Lucía), ni amigos, ni otro tipo de entes que puedan ayudarme a encaminar mi destino. En estos momentos escribo con más incertidumbre que resolución. No por la inconformidad de llegar a ser lo que siempre he sido, sino por la imposibilidad palpable de estancarme en la misma oficina de Bernardo Soares (puedes llamarle Fernando Pessoa, da igual).

Renací en plena Covid-19. Este es otro punto en mi contra. Aunque el mayor, figura el simple hecho de nacer cubano. No sé que sucede, pero entre otros amigos de cualquier parte del mundo se hablan con transparencia, dinamismo enfocado en las ideas que tienen, retos anhelos. Acá, a nosotros se nos mira como oportunistas que solo intentan aprovecharse de los demás. Esta es la mayor desgracia. Porque cierra las puertas a cualquier amistad convincente, digna, balanceada. Nos obliga al ostracismo en defensa del honor.

Aun así mantengo las esperanzas de encontrar la manera de romper el bloqueo, el de acá, y caminar por las calles del mundo. Esta es mi frase favorita. La escribo en poemas, le parafraseo a cada ratos, y termino lanzándola al mar como hacía Victor Hugo con su compasión.

Metamorfosis

Un webmaster amigo y hermano decidió hacer unas webs, y me pidió algo de contenido para llenar uno de sus sitios, pues era de turimo en Cuba. Sin pensarlo dos veces, le pedí me activara un dominio gratis, hasta que pudiera cambiar de todo. Este sería expresamente para mí. Donde solo escribiera sobre mis viajes y aventuras que tantas veces he desechado por no escribirlas.

Ya era hora. Al fin podría plasmar mis viajes de idas y retornos (aunque no creo que se regrese en realidad). Soy de los que piensan (y si no los hay, da igual) que nunca se regresa; sino que caminamos una ida en la que el retorno es el viaje que continúa a pesar de la estática.

¿Qué haré?

Ya tengo el sitio, en cualquier lugar del mundo hasta que pueda anclarlo a un dominio global. Sin embargo, me envuelve la mayor incertidumbre que jamás haya tenido. No sé qué será de mi vida, ni cómo hacerlo, ni cómo viajar, ni cómo ser padre, ni cómo alcanzar…

Tantas veces sobre lo mismo, tantas noches acurrucado sobre el vacío. Y cada amanecer, la misma lluvia. Esto es lo que no puede pasar. Solo la maldición de Dios puede impedirlo. Ya tengo blog, ahora, la cuestión es llenarlo.

Por qué escribo

Escribir, al igual que viajar es una necesidad. Es el vacío donde lanzo mis anhelos, mis miedos, mis tristezas, pero sobre todo, mis alegrías, euforias y ganas de vivir.

Nunca ha dejado de ser un bálsamo con el cual alivio ciertas necesidades espirituales. Por ello casi siempre, lo que escribo es poesía. Tal vez por la relación intrínseca con mi ser, mi yo, mi espiritualidad.

Con viajar me ocurre exactamente lo mismo. Por ello, a partir de este mes en que logré hacer un blog DESDE CUBA, ¡que es mucho decir!, intento mezclar lo que pudiera ser mi vida real. Esa amalgama ilusoria entre caminar y sentir, entre viajar y escribir.

Hace algún tiempo que busco la manera de ser nómada digital, pero, gracias a la pobreza y las minúsculas limitantes de Cuba, no he podido avanzar casi en absoluto.

Sin embargo, como las esperanzas son las locas persistentes últimas en desaparecer, pues continúo anhelando escribir desde cualquier parte de este lindo planeta con una mochila por hogar.

Otra vez nena

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A veces siento que tenemos tantas cosas en común. Los mismos pensamientos, incluso siendo de sexos distintos. Ella ha devenido en estos últimos días mi mentora fantasma, mi crack. Su manera de escribir me ha cautivado. Es que le mete empeño a la realidad en busca de lo que verdaderamente importa, la esencia de la vida en todo y cuanto nos rodea.

No solo leerla, sino que así es como quisiera llevar mi blog personal de viajero. Mi idea de escritura es mantener esa actitud narrativa emocional sobre el viaje que realice; y luego, al final, o en otro post, desarrollar guías, consejos, complementos para mis amigos viajeros. De esta forma no rompo con la energía de lo que estoy contando. Algunos escriben de una manera ajena a mí, que me parece demasiado técnica y comercial (repito: para mi forma de escribir, digo). En nada me atrevo a juzgar, pues esa es la empresa más oscura en la que puede adentrarse el ser humano.

Chao

Espero que mi recién nacimiento no te limite a leer lo que escribo. Tampoco lo minúsculo de mis viajes. Teniendo en cuenta que vivo en una isla de unos 1000 kilómetros de largo, que posee lugares maravillosos a los que no me es permitido entrar y que me cubre una herencia de familia enteramente ligada a la pobreza, que da gracia.

No dejaré de escribir sobre las vivencias de un viajero empedernido a costa de lo que sea.

Abrazos cariñosos a todos desde el Caribe.

Tío Lucio, el viajero.

Lucioviajero

Mi gente, soy mochilero de cuerpo y alma. Esta es mi bitacora de viajes. Acá les dejo mis aventuras, junto con mucha info útil para sus escapadas.
Nos vemos por las calles del mundo.

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