Mi Habana, la ciudad del buen viaje, vuelve a cerrar sus puertas
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Silencio matinal
La Habana, poco a poco abría cerrojos, al menos internos, para satisfacer un antojo playero, dialogar entre amigos o deambular un rato por la ciudad de las columnas. Pero, acaba de cumplirse el proverbio popular: La alegría en la Covid, dura poco.
Amigo turista que tenías la mochila preparada para viajar a la Habana; media vuelta. Así es, después de una paulatina mejora que amenazaba con ser postcovidiana, caímos una vez más.
El Departamento de Defensa Civil del Territorio y las principales fuentes mediáticas nos informan que a partir de hoy La Habana, mi hermosa Habana, cierra completamente sus puertas a los viajeros que deseaban venir y a los que añorábamos salir. Yo, que casi veía el sol de mi nuevo viaje a las Villas, el paraíso de Cuba. Si hasta había reservado un viaje de negocios a casa de mi hermano mayor y una mesa sueca con mi mami.
Los ánimos caen en medio de la zozobra que siente un niño a quien le amenazaban con darle un dulce que le fue arrebatado antes de llegar siquiera a su mano. Parece que se enluta una vez más, o que le doliese la muerte de su entrañable historiador. El caso es que, esta mañana de lunes despierta más silenciosa de lo normal.
Medidas estrictas
Según el Presidente del Consejo de Defensa Provincial (CDP), Luis A. Torres Iríbar, hemos tenido 6 eventos en la ciudad (1 en Marianao, 2 en La Lisa y 3 en La Habana del Este). A esto se le suman 30 focos, en 10 municipios.
A razón de esta caída frente a la Covid-19, se dictan severas medidas. Algunas fueron implementadas desde el sábado, como el acceso al resto de Cuba. En esta mañana se cumplirán todas las restantes.
Laborales
La economía no puede detenerse. Pareciera ser la gran rueda de los destinos. Empero los centros laborales continuarán produciendo en la mayor medida de lo posible. Por supuesto que, las personas más vulnerables vuelven a tomarse un obligado descanso.
Turismo
Se acabaron los viajes citadinos. Desapareció la playa de mis sueños. Hasta más ver a mi familia del centro. Adiós a mis amigos del facebook, a no, me equivoqué.
El caso es que desde este fin de semana pasado se cierran las playas, las piscinas, los lugares de esparcimiento masivo, los parques de diversión, las actividades artísticas y recreativas públicas en todos los municipios de la Habana.
Los bares, cafeterías y restaurantes solo podrán ofertar alimentos y bebidas para llevar.
Tal vez tenga mala memoria, pero ya no recuerdo cuando fue la última vez que me comí un spaguetti.
Transportación
En guerra contra el bichito escurridizo, el transporte es quien más se verá afectado. Queda suspendido todo el transporte convencional de la Ciudad de la Habana. Esta medida, indican las autoridades, es de estricto cumplimiento. Incluye la prohibición a circular todos los Taxis Ruteros y las guaguas de la compañía Transmetro.
Para ello se hace tajante la suspensión de cualquier licencia de transportación en el sector privado. Incluso, para enfatizar, se niega el acceso a la compra de combustible.
El transporte público de la Habana se usará para el movimiento hacia los centros de trabajo. Se habilitarán las transportaciones como se estaban realizando anteriormente. A esto se le suma la desinfección de los trabajadores al subir al carro y la limpieza consciente de ese transporte.
Por supuesto que se mantienen las atenciones a hospitales, policlínicos y centros de salud. Para ello se mantiene la piquera de los taxis para el alta médica. También está programado que se garantice el traslado, en toda la Habana, para las consultas especializadas; y el apoyo a la campaña antivectorial. Asimismo, se cubre el viaje de los pacientes que se encuentren en los centros de aislamiento, y arribo por aeropuertos.
En el obligado tráfico interprovincial se aumentarán las medidas fronterizas. A priori, tendrán que disponer de un permiso especial para realizar dicho viaje.
Por último, la Agencia Viajeros, que solo efectuaba reembolsos en estos días, cierra también. Así como la escuela de automovilismo.
Hoy me despido quitándome el sombrero
No te hablaré de las violaciones de protocolo, problemas de pesquisaje, no percepción de riesgos, y todo eso. Tampoco de las medidas de contención del virus; porque este es un sitio de viajes, de turismo y alegría sana. Sobran fuentes y comentarios dedicados a ello.
Ya ves, mi amiguito. Hoy aprovecho, para quitarme el sombrero frente a los que de forma voluntaria se han ofrecido a llevar comida y medicamentos a los más vulnerables, servir en centros médicos y zonas rojas e inventar como cocinan más sabroso, para que los seres queridos no se sientan agobiados.
Tío Lucio el Viajero.