Y ahora, al fin Bayamo

Amanece de a poco, y las tres torres de Jobabo me ofrecen el saludo matinal entre sombras que se disipan y la alegría del viajero que surca lo desconocido. Esta región pertenece a la provincia de las Tunas. Hace un rato dejamos Camagüey. Solo abrí los ojos para desearles muchas felicidades en este nuevo año (aprovechando la cobertura).

He descansado lo suficiente. Estoy listo para disfrutar este nuevo día, el primero de los amaneceres de 2021. Se levanta la mañana con la mezcla de gases de invierno con amenazas de sol y calor. Esa paleta a lo Turner, con colores bien fríos con pequeños y difuminados naranjas que no desean levantarse mucho más allá de la línea del horizonte.

Me despierto cumpliendo una gran hazaña: he encontrado la corriente eléctrica. No crean que en el baño. Mi querida ferromoza ha accedido a recargarme el cell en el pantry del coche. Cuando te hablé de mi vagón, olvidé decirte que también tiene un confortable pantry frente a la nevera, con una pared panel eléctrico donde parece que se controla todo. La toma del baño no funcionaba porque mantienen el Breaker apagado. Por allá dejé mi cell.

Ahora que te menciono el pantry, olvidé decirte que también tiene el coche un lindo carrito verde para la merienda.

6:50. Estamos llegando a Guamo. Lo sé por los vecinos a nuestra izquierda. Son una agradable pareja dinámica que viaja hasta con la caja de velocidad para una de sus embarcaciones. Me han dicho que a través del río se llega al mar. ¡Wow! Debe ser inmenso.

Veo que a los lados de las vías del tren, casi todas las casas (salvo algunas con galvanizado) tienen techo de guano. Eso me agrada. Creer que la civilización se sustenta sobre grandes ciudades cementadas es una locura anticultural. Soy del Escambray. Para mí, ver una casa de guano no significa nada, no tiene valor semántico alguno. Es cierto que el cemento es más resistente, pero nunca más civilizado.

De hecho, pienso que la civilización tiene que ver realmente con el nivel de alegría y conciencia con que seamos capaces de vivir en interrelación con nuestro entorno. Y eso no lo determina ningún material constructivo.

Mientras se alza el astro rey en la campiña tunera, Maritza, mi ferromoza, reparte la merienda, por segunda vez. Esta tuve que despreciarla. Vale 20 pesos, y yo viajo con bajo, bajísimo presupuesto. La verdad es que no sé si debiera llamarle así, no tengo dinero casi ni para costear los boletos del viaje de regreso, mucho menos para comer y alojarme. Me siento un viajero con fe, descendiente del Padre Abraham.

La diferencia del relieve es grande. Acá los campos son áridos y la hierba seca, en pleno invierno. Ves sistemas de canales para abastecerse. De ahí que le llamen la tierra caliente. Hay mucho ganado en esta región.

Me he perdido de buenas fotos en Guamo. Como tengo el cell recargándose… Mi compañera de viaje me hace caer en razón sobre el “amigo inmenso”. Cómo no ser navegable si es el Río Cauto, el más grande y caudaloso de Cuba. Me sentí estúpido por un momento. ¿Cómo no sospecharlo siquiera? Se veía hermoso cuando le sobrecruzamos.

Acabo de preguntarle a la Ferromoza por la manera de continuar camino a Manzanillo. Así ahorro tiempo y dinero. Me asegura que no hay problema para picar boletín y continuar viaje hasta el final del recorrido del primer tren decente al que subo en mi vida.

Son las 8:25 de la mañana y entramos a Bayamo en coche. La ciudad monumento, por fin, una deuda resuelta. Sin embargo he decidido continuar hacia Manzanillo. Me dispongo a recoger mis cosas para bajar a Taquilla en busca de mi nuevo pasaje. Por la ventana una voz conocida: –Loco, ¿qué haces ahí? Baja.

–Yo no. ¿Qué haces tú aquí? –Vea. Fue su respuesta. (Esta palabra la usan mucho por acá.)

Rogert no revisó mi mensaje, hubo un ruido en el sistema, o me saboteaba mi libertad travelina. El caso es que había venido a recogerme; y ya de paso a truncarme el viaje a Manzanillo.

Nos adentramos presurosos en las calles de Bayamo. Está plagada de monumentos, aunque no estoy seguro que represente a cabalidad el nombre que ostenta. Esta urbe es genial. Su Boulevard es magnífico. Su antigua Plaza de Armas aglomera suficiente historia y Arquitectura como para cautivar a quienes se le acercan. Un aura le envuelve. Se entrelazan historias de los tres períodos (yo acostumbro a ver la historia en Cuba desde ellos: colonia-república-después).

Paréntesis del escriba

Amig@, siempre escribo para viajeros como yo, que buscan los detalles patrimoniales en medio de cada plaza, de calles adoquinadas y edificios que ofrezcan legados de su tiempo distante. Como no soy erudito no puedo escribirle a quienes se consideran doctos en cuestiones históricas. Como tampoco puedo abarcar todo… Por lo que te pido que no seas muy exigente conmigo. Tal vez, lo que yo no vea como historia, ni importante o trascendente, lo sea para ti. Disfruta lo que te escribo con este cariño infinito que le pongo a mi blog de viajes.

La cuestión es que busco dialogar con cada susurro solapado en los ecos de paredes cargadas de memorias. Creo que si visitas las ciudades de Cuba puedes encontrar excelentes exponentes de la época colonial y de la República. A la manera que veo el turismo cultural vaticino que encontrarás innumerables vestigios hasta 1950. Por desgracia, muchos han desaparecido, o les queda tan poco que no se aprecia su magnificencia. Después de esa fecha no creo que –arquitectónicamente– se haya realizado mucho acá; sobre todo, con valor patrimonial. Por lo que será freceutne que me veas buscando en los recovecos de la historia antes de la década de los ´50, del pasado siglo. Incluso, me duele ver cómo una casa emblemática es tomada como oficina comunales o correo, como es el caso de la casa de Perucho Figueredo, que ahora es una Oficina de Correos de Cuba. Como este hay miles, por doquier. Es una lástima.

La mayor desgracia de este tipo de turismo en Cuba es que deberás discernir y hasta discriminar cuanto se presenta ante ti. El eclecticismo ideológico, los enunciados que imponen dobles lecturas, las superposiciones de imágenes atemporales, no generacionales impiden disfrutar de una vista limpia, comparativa, enmarcada dentro de cada período… Ya.

Por si lo necesitas, te ofrezco los itinerarios de este Tren.

Sale de la Habana a las 5:20 de la tarde. Debe llegar a Bayamo a las 8:40 de la mañana del otro día, y terminar su recorrido en Manzanillo casi al mediodía.

Tiene salida de Manzanillo a la 11:50 de la mañana. Su llegada a la Habana se estima para cerca de las 6:30 de la mañana del día siguiente.

No debiera decirte el precio (65 pesos), porque para este enero de 2021 comienzan los nuevos precios en Cuba. Ahora mismo los desconozco.

San Salvador de Bayamo, la segunda villa fundada en Cuba, abre sus puertas con cariño y alegría. No importa cuán antigua sea, en ella encuentras conversaciones apasionantes y llenas de brío juvenil.

La misión 2

Cuando decidí hacer esta carrera de ciudades, contraje la invitación de visitar a Rogert en Minas Harlem. Después de caminar por un par de horas en el casco histórico de Bayamo salimos para Santa Rita, el pueblo en la Carretera Central por donde se entra para Minas Harlem.

Fue difícil entrar. El transporte es a base de máquinas de alquiler y algunas guaguas puntuales a cierta hora del día. Imagínate la proeza que hicimos para entrar a un carro que lleva 5 personas, cuando éramos unos 30 a la caza. Bajo un milagro, nos subimos al segundo coche que llegó.

Minas Harlem es un pueblo pequeño casi en las montañas. Rogert tiene su hogar en esta comunidad. Brindamos con el vino espumoso que le llevé de regalo (media botella de la que me había regalado a mí). Lo bello es que hasta los presentes se reciclan. Puede que esta sea otra manera de burlarnos de la parte cabrona de nuestras vidas. Mucho tuvimos para actualizar en aquella jornada.

Hasta aquí con este viaje. Luego, cuando termine esta Maratón super cool, te escribiré las Guías completas de cada ciudad importante que visite. Espero que te sean útiles para organizar tus viajes. Te recuerdo que este blog tienes enlaces a diferentes sitios importantes para organizar tus viajes. Algunas de ellas te ofrecen un descuento por ser lector de este blog. ¡Disfrútales!

Saludos.

Tío Lucio el viajero.

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