La ciudad que reposa junto al Volga
De maravillas. Viajar a Volgograd no fue una de las mejores experiencias, pero bien valió la pena el trabajo extra.
Si os fijáis en el Mapa de Volgogrado veréis que reposa y se alarga en la orilla del Volga como si quisiese demostrar el amor que le profesa. Y no es para menos, aunque no se sienta de la misma recurrente manera que el Moscova en Moscow, el Volga es el alma interminable de esta parte de Russia.
Y le conocí de la manera menos sugerente: un contrato de trabajo descontratado.
Aquí tienes el contenido de esta página 👇
El viaje de los pepinos
A veces puede ser inverosímil lo que somos capaces de realizar por conseguir lo necesario. (Esto lo digo en el buen sentido.)
Te parecerá un chiste pero viajé a Volgograd (Волгоград) gracias a una pepinada.
Luego, al final de esta página te comentaré sobre este trabajo de recolección de Pepinos en Volzhski. Pero algo te puedo adelantar: jamás olvidaré aquel viajecito.
Por qué el Viaje a Volgograd, la ciudad
Como parte de la Historia Cubanos en Moscú una de las actividades recurrentes es el trabajo en plantaciones agrícolas.
Muchos son los cubanos e inmigrantes de otras latitudes (en especial de países como Uzbekistán, Kazakstán, Taijikistán…) que se aventuran a salir de Moscow en busca de trabajos “mejor pagados” o distantes de la policía metropolitana.
Parece feo y serio el modo de comenzar este post, pero la verdad es que ha sido una aventura más, y a la larga, para mí ha resultado un placer mochilero; aunque agridulce.
Volgograd es una ciudad hermosa con muchos encantos para descubrir. Su inmenso río Volga, las salas de concierto, los teatros, las alamedas y parques bien diseñados, los tours y recorridos por lugares de interés específicos y, por supuesto, incontables monumentos.
La Estatua de la Madre Patria Volgogrado (en cirílico: Родина-мать зовёт) es el monumento emblemático de esta ciudad; sin dudas la segura postalita representativa si decides viajar a Volgograd. Esta es la mayor escultura de una figura femenina. Tiene 84 metros de altura. Fue erigida después de la Batalla de Stalingrado (Volgogrado segunda guerra mundial). Pero, a mi juicio, lo mejor no es ella, sino el conjunto por completo: Mamáyev Kurgán. Desde la calle y los jardines hasta la cima: los nombres de las ciudades, los diferentes monumentos y esculturas, el museo con su hoguera ceremonial y las paredes repletas de nombres, coronados por la chica esàda en mano…
Luego te escribo una página detallada sobre qué ver en Volgograd y los encantos que puedes visitar.
El Río Volga (Волга)
Como provengo de Cuba, donde los ríos no son tan inmensos, me encuentro impresionado ante tales cauces por estas tierras. Por supuesto, El Volga es asombroso; y no es para menos de esperarse del río más grande de Europa.
A modo de pequeño dato: el Volga nace en las Colinas de Valdai, entre Moscú y San Petersburgo, y desemboca en el Mar Caspian; luego de recorrer más de 3.600 kilómetros. Por loco que parezca, es él quien abastece
La verdad es que aquí, cerca de Volgograd, se unen el Don y el Volga, solo que este último se lleva todo el mérito citadino. El puente de Volgogrado, las islas que hay en las cercanías de la ciudad (Sarpinsky, Golodny, Denejny), y los numerosos ferrys, cruceros y paseos en lanchas rápidas son parte de la vida de esta ciudad.
Viaje a Volgograd, o El viaje de los pepinos: Cubanos en Moscú
Bueno, ahora sí. Hoy quiero escribirles sobre el Viaje de los Pepinos que realizamos Mily, Yaremis, Roberto y yo; junto a otros tantos que decidieron salir de la capital rusa en busca de algunos rublos más.
No tengo otro título para este relato de viaje. Salimos de Moscow bajo la invitación de trabajar en la recogida de pepinos. Uno de los tantos trabajos que realizan los cubanos en Moscú. Yo más viajero que inmigrante también necesito trabajar. Así que desde hace algún rato -intermitente, como nómada de pura cepa-, soy parte de las estadísticas de trabajadores indocumentados.
Y, entre tantos paréntesis viajeros que acostumbro a usar, puedo comentarte que los Cubanos en Moscú son ya tantos, que los encuentras en cualquier estación del Metro y región moscovita.
Acá trabajan en lo que aparezca. O tal vez deba decir, trabajamos, aunque en verdad (de corazón), no me siento parte de este club; si bien soy y hago lo mismo que los demás cubanos acá. Sin embargo, mi alma viajera no me permite sentirme inmigrante, sino ave de paso.
¿Cuáles son esos trabajos?
Como es de esperarse, mal pagados y con índices altos de estafa, se trabaja en la construcción, reparación de cualquier cosa, limpieza y abastecimiento de tiendas, Call Centers, almacenes, en el mantenimiento de las calles y metros, pintura, fregado de autos, delivery, entre otros que incluyen la agricultura (esta última que nos apañe al relato de hoy).
En honor a la verdad, debo aclarar que los cubanos viajan a Russia aprovechando el libre visado (90 días). Para trabajar sin documento alguno existen quienes les contratan como intermediarios. Pero como el tema toca algo de ilegalidad, prefiero no escribir sobre ello.
Lo comento solo por si tienes idea de venirte a Moscú, que lo tengas claro. Ganarás un tercio del salario debido. Haz tus cuentas.
Pepinada en acción
A muchos amigos no le agrada la idea de salir de la ciudad, a pesar de los avatares que hay dentro.
-Todo lo que es para afuera, huele a estafa -me dice José Elier.
La promo decía: Trabajo fácil en recogida de pepinos. Pago diario 1800 rublos, con hospedaje, tres comidas diarias, otros servicios disponibles y un autobús dispuesto por el costo de mil rublos si al llegar no le interesa y quiere volver a Moscú. Recogida cerca de una estación del Metro este domingo a las 9:30.
Bueno, de cobrar 1800 en la ciudad con todos los gasto, mejor obtenerlos libres de impuestos, ¿no? Además, puedo echarle un poco de culpa a Roberto por sobreembullarnos.
Cuando se viola lo que sientes o piensas desde lo más profundo no puede suceder otra cosa que un error, accidente o molestia de algún tipo.
Este viaje a Volgograd para esa tarea no me agradaba. No me sentía del todo seguro, por lo que le dije a mi hermana: Si el autobús no llega a las 9:30, lo tomaré como una confirmación de que este viaje no conviene.
Tic. Tac. 9, 10, 11… Cerca del mediodía salió el transporte. Sip. Sé que podéis pensar que no fui; o, como sucedió, que me comporté de manera estúpida traicionando el sentido común. Pero…
¡Allá nos fuimos!
Después de la medianoche entrábamos a la ciudad de Volgograd, hasta los campos de Volzhski.
Volzhski (Волжский)
Nuestro campamento de los pepinos pertenece a la compañía Tío Iván (Дядя Ваня) de Volzhski, en la otra orilla del Volga. Es una pequeña ciudad agro-industrial en el óblast de Volgogrado, Rusia. Se encuentra en la orilla oriental del río Volga, a unos veinte kilómetros al noreste de Volgogrado.
A trabajar
El lunes fue uno de esos días de vagos. Nos mostraron cómo era la forma de trabajo…
En la tarde tuve mi primera escapada de viaje a Volgograd. Algo bueno tenía que existir en todo esto, ¿no?
¡Ah! Olvidaba comentarles que parte del anuncio también decía: trabajo de 8 a 5 con horario de almuerzo y varios descansos…
Veritas Veritatum
De pie: 4 am. Desayuno 4:30, para formar a las 4:45 y comenzar el trabajo de 5 de la madrugada a 3 de la tarde sin interrupción para almuerzo.
Cada 100 estirados metros descanso de 10 minutos.
Comenzamos mal.
Incluso se nos había dicho que eran 8 horas de trabajo. Uhm, esta matemática amorfa no pinta bien…
De la Teoría a la praxis
Ayer lunes, mientras nos enseñaban cómo se cosechan los pepinos en aquellas avionetas a las que terminé llamándoles tractoplane, todo parecía muy sencillo. Observad esta foto para que sintáis lo mismo que yo: esto es dinero regalado.
Pero muchas veces el mono no es como lo pintan. Esta imagen fue momentos antes de que comenzaran pesares. Recoger aquellos pepinos que pronto odié no era tarea fácil. El tractor se movía a una velocidad constante que necesitaba unos treinta o cuarenta segundos para recorrer un metro. Sin embargo, por momentos aquella antivelocidad me parecía de Rally. Por mucho que me esforzaba pepinos se despedían riéndose de mi en la propia cara. En el tractoplane te disponen de manera que tienes un recorrido de mano a mano con el colega de al lado para recoger. Cuando miras para la derecha se te escapan los pepinos de la izquierda, o los del medio se escurren en tus narices. Y el jefe de brigada atento. Recoge pepinos dejados en el campo, se los muestra a quien los dejó y le ofrece cordial un pequeño regaño.
La posición que parecía sencilla ahora deviene tu peor enemiga. Como dicen en las montañas de Cuba, se te va la sangre para la cabeza…, y se te pone mala la testa. Al tener el pecho apretado, y la constante persecución de los dichosos pepinos, olvidas respirar. Cuando ya no aguantas más te apoyas en una mano, te yergues un poco y respiras profundo. Los pepinos que le corresponden a la mano con la cual te sostienes ya van llegando a Petersburg. (no encontré ahora en mi mente una ciudad más distante.)
Bajas en apuros la cabeza casi hasta el suelo y vuelves a la rutina de correr con las manos, volar con el cerebro y olvidarte del oxígeno; pues te está vedado. Cuando (…), recuerdas que no estás respirando bien, vuelves a erguirte un poco para completar la enésima parte del ciclo. Luego de unas 60 veces llegan los incalificables diez minutos de silencio; para recomenzar enseguida una nueva etapa del camino. Hasta que las 3 de la tarde llegan a tu psiquis como el paraíso le llegó al que estaba clavado junto a Cristo en uno de los palos del Calvario.
Al final de la jornada, la cabeza te da vueltas, la sientes tan hinchada que no cabe dentro de los espacios por donde caminas, te duelen las manos por el esfuerzo y los dedos rotos de los guantes pinchados, laten los dientes que no están sanos, y -lo peor-, el profundo dolor en el esternón junto a un asco profundo se apodera del resto de mi tiempo y me provoca la migraña más distorsionada que haya tenido en la vida.
Como sabes, existen varios tiempos que se desenvuelven simultáneos. El tiempo psicológico es una amargura por la nanovelocidad del tractor, el tiempo real no discurre entre tanta locura. Como si fuera poco por la falta de oxígeno o la posición anormal, la cabeza comienza a doler de manera constante, en nuestras dilatadas existencias.
Algo que me preocupa es el dolor del pecho en las mujeres. No creo que la exposición prolongada a esta rutina sea saludable a largo plazo para las mamas de las chicas que allí trabajan.
La tapa al pomo la puso el gran “almuerzo”; mejor dicho, las tres comidas diarias. ¡Venga ya! Esto es una broma o le falta un tornillo a alguien. La sopa más triste que he probado en Russia, y han sido muchas. Sé que la cultura defensiva de la sopa en estas tierras es importante, pero no se puede trabajar así. En la cena: sopa aguada (тоже).
Mi hermana es de esas tías estoicas que no se quejan por nada. Aguantan de forma asombrosa los trabajos más fuertes, las caminatas menos agradables (cuando pueda te escribiré sobre nuestro último viaje compartido)… y, al cuarto día, el dolor en el pecho le hizo llorar en el campo. Yo no lo supe hasta la tarde.
-Recoge que nos vamos en el primer tren o autobús que salga para Moscow.
Despedida
Antes de marcharnos de acá debo aclarar que todo lo descrito hasta ahora no me impidió que este viaje a Volgograd tuviese sus merecidos encantos. Todas las tardes después de las 3 y hasta casi medianoche visitaba el centro de la ciudad; al menos, sus Imperdibles. La ruta 34 de Volzhski llegó a convertirse en mi mejor amiga.
A la mañana siguiente, con una sonrisa de oreja a oreja nos subimos a la hermosa Volgaline Bus destino Moscow. Tal vez en contra de nuestra voluntad inicial, esta “querida” pepinada había concluido.
Fin de la historia.
Mis abrazos de mochila y superviviencias agrícolas,
p.s: El regreso en autobús nos costó 2300 rublos por persona. Si quieres viajar a Volgograd en autobús este es el sitio web oficial:
Si quieres escaparte con el Mejor Seguro de Viajes en Español, y el más Barato: IATISeguros
👇👇👇
Hasta la vista.
2 Comentarios
Виктор
Привет
Волгоград – один из самых красивых городов моей страны.
Я вижу, что тебе еще многое нужно написать.
Lucioviajero
Здравствуйте, Виктор.
Я знаю, что мне еще многое нужно написать. И мне также нужно знать больше об этом городе. Жаль, что я посетил только 4 дня. Я надеюсь вернуться в это место через пару лет.